Novelas de genero negro y policiacas

Nuestro experto en libros, Jónatan Rubio, nos habló hace unos dias del género negro y policiaco; un género ideal para leer en verano.

El Secreto de Christine en Alfaguara como el libro de género negro globalmente más recomendable. Su autor, Benjamín Black, es decir, el multipremiado John Banville, teje una historia clásica, chandleriana, muy bien escrita, como corresponde a un autor de estas características, que es toda una lección de clase y estilo.

Aunque, si te atreves con algo más original, uno de mis libros favoritos este año es Las Ovejas de Glennkill de Leonie Swann, Salamandra, una historia muy original y divertida en la que un grupo de ovejas tratan de resolver el asesinato de su pastor, llena de referentes literarios y, eso sí, con cierta tendencia a perderse divagando entre la personalidad de las ovejas, más que a centrarse en el caso. Si tuviera que compararlo con algo sería con El Curioso Incidente del Perro a Medianoche.

Pero si quereis algo que enganche iría a por un thriller negro en estado puro, El Hombre Sombra de Cody Fadyen en Umbriel, que cuenta la historia de una agente del FBI que se enfrenta a una serie de crímenes que tienen algo inquietante, parecen cometidos por el mismo maniaco que terminó con al vida e su esposo y su hija y la dejó parcialmente desfigurada. Pero, ese maniaco había terminado muerto… ¿o no? Uno de esos libros pipa, ya saben, de agarrar y no soltar.

También en ese estilo de Libro Pipa tienen La Princesa de Hielo en Maeva, escrito por la sueca Camilla Lackberg, en el que una autora de biografías de vuelta en su pueblo por motivos personales se ve involucrada en la muerte de una amiga de la infancia. Un libro que está más cerca de Mary Higgins Clark que de Patricia Highsmith ideal para llevárselo a la piscina.

Aunque si hablamos de clásicos tenemos a Edhasa reeditando completa la serie de Lupin de Maurice Leblanc, imagino que recordarán al famoso ladrón de guante blanco, que acaba de llegar a las librerías con el quinto volumen, 813, una de sus mejores novelas en la que Lupin, falsamente acusado de un crimen, tendrá que resolver el caso ante la inutilidad de la policía.
Y en Lumen tenemos la recuperación de Dorothy L. Sayers, con Cinco Pistas Falsas en la que Lord Wimsey investiga un crimen ocurrido en su lugar de vacaciones, también, como ven, muy del tiempo.

Me gusta toda esta variedad, parece que el género se encuentra en buena forma.
La verdad es que se encuentra en un estado inmejorable, con muchas editoriales apostando pro él y abriendo nuevos caminos. Sacando novedades muy interesantes. Por ejemplo, Lengua de Trapo acaba de editar La Feria del Crimen, un libo tremendamente recomendable en el que se reúnen narraciones cortas de autores franceses que permiten echar un vistazo al estado del Polar y de los distintos narradores que tienen, sus estilos, sus gustos. Es un libro no muy grande por fuera pero enorme por dentro en el que están desde Fred Vargas a Tonino Benaquista, el de Saga.

Respecto a autores españoles, aunque no hay nada reciente, destacariamos, junto a maestros como Andréu Martín –que acaba de ver reeditada su fundamental aunque algo dura Prótesis en Belacqua, Juan Madrid, que acaba de sacar Pájaro en Mano sobre lo ocurrido en Marbella o Francisco González Ledesma, de quien no puedo dejar de recomendar un libro de narraciones muy muy breves en Almuzara llamado Mendez como su conocido personaje.

Junto a ellos, decía, hay todo un grupo de nuevos autores que se están consolidando, como Luis Manuel Ruiz, autor de novelas de género con un toque distinto, en su último libro El Ojo del Halcón, el protagonista es un jubilado que está languideciendo hasta que llega a sus manos un enigma, un problema del pasado que incluye a excombatientes del bando nacional y un secreto nazi, a partir de ahí se mete en problemas y revive. Un libro un poco triste, de todas formas, por el contraste de vidas.

Otro que está consolidado es Pablo de Santis que acaba de ganar el Premio de Literatura Iberoamericana Planeta – Casa América con El Enigma de Paris. En esa novela, ambientada en la Exposición Universal de 1889, un grupo conocido como Los Doce Detectives se reúne en la ciudad del Sena llegado de todas las partes del mundo y, claro está, se produce una muerte y una investigación. No quiero destripar mucho el argumento pero sí diré que hay algún punto en común con la deliciosa Un Cadáver a los Postres.

Eso son los clásicos y los consolidados pero, ¿qué hay de los primerizos?
De los primerizos quiero destacar sobre todo a Domingo Villar que con Ojos de Agua, en Siruela, se ha marcado un enorme tanto. Es un libro pequeño pero potente con una gran ambientación, más cercano a Simenon o Montalbano que a Spade o Poirot. Pero es casi mejor que lo descubráis.
Más allá tenemos algunos curiosos debut como Cazadores de Humor, de Óscar Lobato en Alfaguara, sobre unas misteriosas muertes producidas pro lo que parecen ser mordeduras de un animal. Pero, ¿de cuál? Esto le sirve al autor para enfrentar a los dos protagonistas y hablar de los problemas del periodismo actual.

Y también muy curiosa es Capitán de las Sardinas, una novela sobre tres personajes, un asesino ciego, un policía muy duro y un pobre tipo al que nada le sale bien. Con esos mimbres el autor, Manuel Manzano, prepara un libro lleno de humor negro muy cafre, como una versión esperpéntica y casi gore de las historias de Eduardo Mendoza.
SI buscan una novela de espías entonces busca Sin Respiro, en Alfaguara, de William Boyd, el estupendo autor de Un buen hombre en África o Armadillo, una historia de espías divertida, emocionante y actual al partir de lo ocurrido al caer el muro de Berlín. Pero no reviento más.

Finalmente, recomendar también La Solución Final de Michael Chabon, una novelita corta sobre un problema en un pueblecito inglés que es resuelto pro un detective nonagenario aficionado a las abejas. Aunque no se le nombra nunca es obvio que es el gran Sherlock Holmes, y es que el personaje de Conan Doyle sigue tan vivo como siempre.

Jónatan Rubio